A veces el conocimiento viene en forma
de misterio, un misterio que hay
que resolver, y un misterio a resolver
es una adivinanza a descifrar. El conocimiento muchas veces viene en forma de idas y vueltas, en forma de
sorpresas.
Una adivinanza nos muestra algo que

tenemos frente
a nuestros ojos pero que no vemos, solo hay que
poder mirar distinto. Si miramos siempre con los mismos ojos siempre vemos el
mismo camino, caemos en un callejón
sin salida,
y eso nos entristece, nos opaca, nos mata. En cambio
cuando uno resuelve las adivinanzas se siente vivo por que le encontró la vuelta al rulo.
A veces la respuesta es tan clara que no hace falta decirla pero hay que hacer así es el juego. Resolver la adivinanza es el fin del misterio es poner un poco de luz en la oscuridad.
Una adivinanza es como cuando un nene empieza a descubrir el mundo que para él es un misterio.
No hay que tenerle miedo a los misterios, porque siempre estarán las adivinanzas que nos permitirán resolverlos y
así poder llegar a esas verdades que necesitamos.
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